martes, 9 de febrero de 2010

Las teorías principales

Las teorías principales

Los mayores avances en la comprensión de la superconductividad tuvieron lugar en los años cincuenta: en 1950 es publicada
la teoría Ginzburg-Landau, y en 1957 vería la luz la teoría BCS.

La teoría BCS fue desarrollada por Bardeen, Cooper y Schrieffer (de sus iniciales surge el nombre BCS), gracias a lo cual
los tres recibirían el premio Nobel de física en 1972. Esta teoría se pudo desarrollar gracias a dos pistas fundamentales
ofrecidas por físicos experimentales a principios de los años cincuenta:

* el descubrimiento del efecto isotópico en 1950 (que vinculó la superconductividad con la red cristalina),
* y el descubrimiento de Lars Onsager en 1953 de que los portadores de carga son en realidad parejas de electrones
llamados pares de Cooper (resultado de experimentos sobre la cuantización flujo magnético que pasa a través de un
anillo superconductor).

La teoría Ginzburg-Landau es una generalización de la teoría de London desarrollada por Vitaly Ginzburg y Lev Landau en 1950.
[1] Si bien esta teoría precede siete años a la teoría BCS, los físicos de Europa Occidental y Estados Unidos le prestaron
poca atención por su carácter más fenomenológico que teórico, unido a la incomunicación de aquellos años entre ambos lados
del Telón de Acero. Esta situación cambió en 1959, año en que Lev Gor'kov demostró que se podía derivar rigurosamente a
partir de la teoría microscópica[2] en un artículo que también publicó en inglés.[3]

En 1962 Brian David Josephson predijo que podría haber corriente eléctrica entre dos conductores incluso si hubiera una
pequeña separación entre estos, debido al efecto túnel. Un año más tarde Anderson y Rowell lo confirmaron experimentalmente.
El efecto sería conocido como efecto Josephson, y está entre los fenómenos más importantes de los superconductores, teniendo
gran variedad de aplicaciones, desde la magnetoencefalografía hasta la predicción de terremotos.
Los superconductores de alta temperatura

Tras algunos años de relativo estancamiento, en 1986 Bednorz y Müller descubrieron que una familia de materiales cerámicos,
los óxidos de cobre con estructura de perovsquita, eran superconductores con temperaturas críticas superiores a 90 kelvin.
Estos materiales, conocidos como superconductores de alta temperatura, estimularon un renovado interés en la investigación
de la superconductividad. Como tema de la investigación pura, estos materiales constituyen un nuevo fenómeno que no se
explica por las teorías actuales. Y, debido a que el estado superconductor persiste hasta temperaturas más manejables,
superiores al punto de ebullición del nitrógeno líquido, muchas aplicaciones comerciales serían viables, sobre todo si se
descubrieran materiales con temperaturas críticas aún mayores.

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